El Caso de la Mina Cerro Blanco, en Guatemala

Opinión

A pesar de los devastadores impactos socioambientales que genera la minería a cielo abierto, esta se ha convertido actualmente en el modelo predominante de extracción de minerales en América Latina.

Mina Cerro Blanco Acafremin

La fuerte demanda de minerales por parte de los países “desarrollados”, o con altos índices de consumo e industria, impone una presión cada vez mayor a los territorios que proveen estos insumos, obligando a la industría a impulsar métodos de explotación que permiten acelerar el aprovechamiento, sin importar que conlleven mayores riesgos sociales o ambientales. 



Los países de América Latina continúan mercantilizando la naturaleza como estrategia para reducir sus deudas externas o generar riqueza local. Pero, existen múltiples estudios que ponen en entredicho esa teoría, al enfrentarla a las consecuencias que esas acciones dejan en los territorios y sobre los verdaderos beneficios económicos. 



La minería a cielo abierto se caracteriza por hacer tajos a los cerros, para obtener metales comercializables, especialmente preciosos, a través de técnicas de lixiviación que utilizan grandes cantidades de agua y mueven cientos de toneladas de tierra, causando daños irreversibles en los territorios. 



El pasado 21 de noviembre de 2021, la empresa minera canadiense Bluestone Resources presentó una solicitud al Estado de Guatemala para transformar el actual proyecto minero subterráneo Cerro Blanco en una mina de oro y plata a cielo abierto.

Para ese proceso han presentado una actualización de un plan de gestión ambiental, del estudio de impacto ambiental, que data del año 2007, cuando la mina obtuvo el permiso para operar como mina subterránea. En ese momento, la mina obtuvo permiso para operar durante 12 años, procesando 308,000 toneladas anuales en tuneles subterráneos.

La actual solicitud reza que se procesarán 4 millones de toneladas anuales. Ese es un volumen 1,200 veces superior a lo establecido o permitido inicialmente. El material procesado será apilado en un área de escombrera que para el cierre de la mina estiman tendrá una altura de 175 metros, lo que le convertirá en el segundo más alto de América Latina. 



Los impactos que tendrá esta modificación radical del territorio en Asunción Mita, Guatemala, deben ser estudiados a profundidad y deben ser socializados ampliamente, para que sean las y los habitantes de los territorios más afectados quienes con propio conocimiento decidan libremente si quieren o no tener una mina a cielo abierto en su territorio. 



Como Fundación Heinrich Böll Oficina San Salvador estamos acompañando a las comunidades de Asunción Mita en el proceso para exigir que se realice una consulta municipal de vecinos, para decidir si quieren o no el proyecto minero Cerro Blanco en sus territorios.

El pasado 13 de mayo, representantes de consejos municipales de Asunción Mita junto a representantes de la iglesia y organizaciones ambientalistas presentaron la solicitud formal de consulta municipal de vecinos.  

Compartimos la nota "Futuro de Mina Cerro Blanco a “Consulta Municipal de Vecinos” de la periodista Gloria Silvia Orellana, del Diario CoLatino, de El Salvador, en la cual se narran impresiones y detalles del evento.